Amores Incompletos de Gilberto González Penilla


                No sé  cuál es el rigor literario para escribir una reseña de cine. Algunas que leo después de ver las obras me dicen, para bien o para mal, lo que ya vi con todo y finales. Menos sé dar estrellas o los detalles de la técnica de un largometraje. Me gusta ver las películas y que me lleven de la mano contando la historia de los personajes de los que a veces, uno mismo es protagonista o conoce a alguien que lo puede ser.

                Para Amores Incompletos, de Gilberto González Penilla, no quisiera ‘contar’ la historia que recorrí con ojos, alma, corazón y cerebro porque es necesario ver la trama y sentirla en persona, no con letras de otros. La recomiendo de platicarla y si me preguntan ¿de qué trata? Solo digo “de un señor que se queda viudo y que el funeral de la esposa no es un largo drama de gritos y desesperaciones. Lo demás, lo tienen que presenciar.

                Amores Incompletos me deja pensando eso sí. Pienso en la gente que se muere sin romper siquiera una nota acusatoria, una de amor y despedida. Pienso en lo que poseemos y que se queda a la vista de los vivos. Pienso en las historias internas que cada uno vivimos y que no son compartidas más que en un papel. Pienso en lo que somos de carne y hueso y lo que podremos ser cuando la tierra o el fuego nos convierta en polvo y cenizas. Pienso en lo santos o lo demonios en que nos convierten los vivos cuando ya no estamos para defender una palabra o agradecer los cumplidos. Pienso en ya no estar y que mis escritos de queden a la deriva y se malinterpreten las letras que nunca quise publicar. Pienso en lo que pudiera tirar, romper y quemar ahora mismo o bien, publicar lo que ni siquiera tiene sentido.

                La letra guardada, la palabra no dicha, el suceso importante que se volvió secreto. Los momentos de silencio que tuvieron guardadas muchas palabras. El transcurso de la vida como vida simple y rutinaria que empuja a guardar secretos, esos que son tan simples que no se pueden explicar. Como individuos, todos tenemos un algo que nadie sabe. Lagrimas en el rincón, desesperanza en los cajones, tristezas en el bolsillo del pantalón y una maleta bien grande de preguntas sin respuesta.

                De Amores Incompletos está llena de la vida de cada uno. El amor como motor y como detonante, no solo de y como pareja, el amor en todo y a todo. Cuánto de incompleto es un ser humano que necesita morirse para que lo completen lo que quedan vivos.

                Pienso que es mejor vivir el día a día armando el rompecabezas que somos para que al morir, no le dejemos a otros la tarea de armarnos con piezas rotas y tengan que  armarse a sí mismos con lo que encuentren en un cajón y en la ausencia tengan que aprender la lección.

¡Vayan a ver Amores Incompletos!

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