AMARILLO


Muy temprano me asomé por todas las ventanas y puertas desconociendo el amanecer. “Amarillo” dije en voz alta.
Es un tiempo amarillo y el sol guiñe los ojos traspasando apenas la densa capa de humo. El día es una fotografía antigua, una opaca transparencia, un tiempo amarillo. De madrugada, la luz era diferente, amaneció despacito (no ha terminado de amanecer y son las tres de la tarde)
Dijo alguien en la radio que parecía escena de una película apocalíptica, yo digo que parece una foto vieja llena de modernidades y gente en movimiento.


El color también me recuerda las tormentas de arena en el desierto de Samalayuca que desaparecían la carretera. Las arenas que volaban formando cerros de un lado y de otro. Arenas vivas que se dejaban arrastrar por el viento del norte y uno debe esperar a que terminen de acomodarse en su lugar. Ese es un tiempo ámbar.

También lo dijo Facundo Cabral, en No soy de aquí ni soy de allá. «Me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo…»


Amarillo ámbar, entretelado me ha recordado un disco de Sasha Sokol “Tiempo Amarillo” que contiene las más bonitas canciones, voz y música de la cantante. “POP” que no incluyó en su disco y lanzó solo por video en internet, es un tiempo amarillo y enmascarada una sutil declaración. Así como el día hoy, sin decir lo dice todo.


El tiempo amarillo no es todos los días, la opacidad del día no transcurre sobre las manecillas de un reloj y las lentas oleadas de aire caliente murmuran palabras: “Tiempo lento y denso, silencioso y enigmático” me lo ha dicho el sol.

Deja un comentario